Comparte
Al ver en el papel personas sentadas en la arena y una casita frente a la playa, la psicóloga se molestó, pensó que no estaba tomando en serio la tarea, dibujar cómo se veía ella en 10 años más. Al levantar la vista del dibujo la joven Iska le respondió “Pero si eso es lo que quiero”.
Hoy, una década después, vive junto a su familia en Papudo, es una reconocida artesana y premiada surfista de la zona. “Si algo tenía claro desde chica, era que me gustaba el arte y que no iba a vivir más en Santiago”. Dicho y hecho, después de terminar su carrera de artes plásticas, tomó sus materiales de artesanía y se aventuró en una ruta sin destino. El viaje fue una experiencia transformadora que le quitó la aprehensión de viajar sola por el mundo y que le mostró lugares con ritmos y formas muy distintos a la ciudad. Vendiendo en el paño, conoció la vida en compañerismo de muchos artesanos y se nutrió de sus técnicas. Así, de las mostacillas y alambre pasó al macramé y luego a la artesanía en plata. En 2009 llega a Papudo, donde se enamora perdidamente de dos al mismo tiempo: de su actual pareja y del surf. “Desde que surfeo organizo mi semana según el pronóstico del mar, cuando está bueno me meto al agua y cuando no, trabajo en mi artesanía. Al ser dueña de mi propio tiempo y disfrutando de mi hijo, me doy por pagada”
Estos años en Papudo, Izka ha sido elogiada por su trabajo, pero a la vez, ha tenido que hacer frente a la ignorancia, al regateo y al escaso apoyo para impulsar la artesanía como patrimonio. “Pucha yo aquí tengo un talento, arte, estudios, experiencia… por eso al principio me molestaba tener que justificar mi trabajo, pero ahora prefiero enseñar, mostrar todo el trabajo que implica hacer a mano una pieza, porque probablemente yo misma le regateé a un artesa cuando era más chica y no cachaba” dice entre risas. Me gusta hacer mi trabajo con dedicación, soy perfeccionista, cada pieza es hecha especialmente para cada persona y así también el proceso, diseño y técnicas en la elaboración. Me da mucha satisfacción materializar la visión de mis clientes y saber que puedo hacer esto con mis propias manos.